Una defensa del Madrid más resbalosa que una pista de hielo…

¡Ay, madre mía, qué papelón! El primer tiempo del Real Madrid contra la Juventus fue como ver a mis abuelos intentar armar un mueble de IKEA: un caos absoluto. ¡La Juve estaba tan cómoda que parecía que jugaban en bata y zapatillas! Los de Xabi Alonso intentaron cerrar los huecos en defensa, pero más que cerrar, abrieron la puerta de par en par para las claras ocasiones de los italianos. Si esto hubiese sido un partido de golf, los ‘merengues’ ya habrían ganado por huecos.

El plan malévolo de la Juve era claro: convertir a los galácticos del Madrid en simples estrellitas de navidad, y vaya si lo lograron. Desconectaron a los jugadores como si fueran luces del árbol en pleno julio. El Madrid, más denso que un puré de patatas sin batir, intentaba atacar, pero con la velocidad de un caracol después de la siesta. Hasta un dinosaurio con artritis los habría alcanzado.

El Madrid seguía buscando su momento de lucidez, pero sin mucho éxito. Si el partido hubiese sido una cena, habrían sido esos comensales que traen el postre caducado tras dos horas de espera. Y mientras todo esto pasaba, el aficionado rezaba para que alguna nube mágica obrara el milagro, o al menos que el descanso trajera un café bien cargado. ¡Lo que algunos llamarían un verdadero partido a la carta!