Ancelotti y su cuadrilla buscan el tesoro…

Sin tener a Mbappé en el squad y con Lucas Vázquez como lateral más inesperado que un burro en un balcón, Ancelotti se la jugó para adueñarse del centro del campo como si fuese el conquistador de terrenos desconocidos. Movió piezas como en un tablero de ajedrez, con Tchouaméni y Valverde de peones musculosos, Ceballos agitando la varita mágica, y Bellingham calculando cada llegada como si fuera una bruja en Halloween. ¡Zas! Y de repente, Mbappé entró en la segunda parte dando más electricistas certificados a su equipo. Bellingham y Guler sumaron talento como si añadieran rayos láser a una tormenta. Pero, oh, Ter Stegen mostró que la portería es como un castillo fortificado, y en las últimas no se dejó sorprender.

Fuera experimentos, chaval! En la portería Courtois volvió firme cual torre medieval, parando balones de Koundé y Pedri como quien mueve piezas de un videojuego. En la segunda parte, Lamine y Raphinha probaron suerte, pero Courtois reafirmó su título de ‘Rey del Portal’. Sin embargo, Ferrán Torres llegó como un relámpago y dejó el empate 2-2 en el aire. Claro, que esa no es la especialidad del majestuoso guardián del arco.

Por allí andaba también Fran García, entrando a los 10 minutos más nervioso que un pavo en Navidad para enfrentarse con Lamine Yamal, alias ‘el intratable’. En la primera parte tuvo imprecisiones, pero en la segunda estuvo firme, no secó a Lamine —porque seamos honestos, a esos les secas con una toalla absorbente—, pero al menos logró no quedar como un colador en pleno siglo XXI. Y cuando parecía bailar en la cuerda floja, ¡zascandileó el pase del empate, permitiendo a Ferrán Torres meter el segundo del Barça! Fran se defendió como un torero resbaladizo, listo para salir mientras Ancelotti planeaba su siguiente gambito.