Ancelotti y sus doce apóstoles jóvenes…
El Real Madrid llegó al duelo contra el Mallorca con más bajas que un equipo de paintball en un día con descuento. Dicen que Ancelotti casi pide refuerzos al equipo de mantenimiento del estadio. Encima, ¡hoy cayeron Lunin y Brahim en el último entrenamiento! Con más jugadores en la enfermería que en el banquillo, el técnico tuvo que llamar al joven Jacobo Ramón, que impuso tanto respeto en el campo que hasta el balón dudaba de acercarse.
Jacobo Ramón jugó como si la zaga fuera suya y no del Real Madrid. En el primer tiempo estuvo más nervioso que un pingüino en una sauna, pero poco a poco se transformó. Al final, como en toda buena película de acción, apareció en el momento perfecto para darle al Madrid el gol del triunfo, el cual ni el mismísimo Indiana Jones podría haber encontrado en las catacumbas mallorquinas.
Junto a Jacobo, un tal Mbappé (que algunos dicen que destila talento como un gotero mal entonado) apareció a tiempo para poner la guinda en el pastel de las emociones. Al final, remontada conseguida y los corazoncitos madridistas latiendo a ritmo de samba. ¡Vaya partido y vaya manera de mantener vivo el sueño liguero! Ahora el Barça tendrá que esperar para festejar. ¿Y quién no ama un buen suspense hasta el final del campeonato?