La Liga se ganó sin capa, pero con mucha épica…
Imagina una película de Hollywood en la que héroes ordinarios hacen cosas extraordinarias. Esa fue la escena robada por José Antonio Reyes en el Santiago Bernabéu en 2007. Aquella noche, el Real Madrid se enfrentó al Mallorca sin mucho en juego, sólo recuerdos de una noche loca en la que Reyes sacó su varita mágica y marcó dos golazos dignos de un cómic épico. Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, o mejor dicho, en un abrir y cerrar de botas.
El Real Madrid, bajo el control de Fabio «Estratégico» Capello, andaba en una carrera de montaña rusa que haría palidecer a cualquier atracción de feria. En la última vuelta, Mallorca intentó arruinar la fiesta marcando primero. Pero oh, sorpresa, llegó Reyes, el superhéroe que no sabía que lo era, para encender el motor y ponernos a todos al borde del asiento. Fue como ver a Beckham, pero con más goles y menos gala.
Y así, con la épica sumergiendo al Bernabéu en lágrimas de emoción, Fabio se fue con su título de Broadway al hombro. El telón bajó para una era, ¡pero qué despedida! Beckham puso rumbo a la MLS con maleta de estrellas y Roberto Carlos dejó huellas en el césped que ni los alienígenas podrían borrar. Un final digno de aplauso, risas y un grandioso reconocimiento al diestro Rey de Reyes.