El samba a paso de tortuga: Rodrygo y su descenso…
Rodrygo ha tenido un descenso tan lento que hasta una tortuga con jetpack podría adelantarle. En medio de toda la charla sobre su rendimiento, el carioca ha pasado de ser un motor Ferrari a un Fiat Panda. Aunque su número de goles y asistencias ha ido disminuyendo, tampoco es como si estuviera cayendo por un tobogán sin fin. Es más bien un descenso pausado, como un vaquero retirándose del Salvaje Oeste desmontando a cámara lenta.
Comparado con sus compañeros Vini y Mbappé, Rodrygo parece un mago que ha perdido un poco de chispa en su varita mágica. Esta temporada no ha enchufado tanto la lámpara como solía hacerlo, pero tampoco se le puede culpar. Su superpoder reside en aparecer en los momentos críticos y, al parecer, ha estado guardando sus poderes mágicos para la Champions, donde parece brillar como un sol después de un eclipse. Aunque su desempeño se ha tambaleado, Ancelotti sigue apostando por él como un experto marinero que confía en su brújula rota.
Mientras tanto, en tierras de niebla y té, el Arsenal parece estar olisqueando la situación como un sabueso de caza, listo para atrapar una nueva presa. El entrenador Arteta sueña con ficharle, como si Rodrygo fuera una nueva estrella pop lista para reventar las listas de éxitos. Pero ojo al dato, el brasileño ha sido claro como el agua de un manantial: todo son rumores y su corazón sigue latiendo al ritmo del himno madridista. ¿Se quedará en tierras españolas o se aventurará a cruzar el charco? Solo el tiempo lo dirá, aunque por ahora, mejor que afilen el samba y pongan la música a todo volumen.
