El delantero brasileño no jugó ni un minuto…

¡Atención, terrícolas del fútbol! Rodrygo Goes, el joven prodigio del Real Madrid que alguna vez salvó más partidos que el Chapulín Colorado, se ha encontrado en medio de un culebrón digno de una telenovela. Llegó con el poder de cambiar el destino de un partido con sus zapatillas mágicas. Pero, ¡ay, cómo son las vueltas del balón!, su frecuente estancia en el segundo plano mediático lo ha puesto en una situación más precaria que un diente flojo.

La temporada pasada fue como un episodio de «¿Dónde está Wally?» pero en el césped. Mientras sus colegas jugaban, Rodrygo deambulaba buscando su mojo futbolero que parecía haberse ido de vacaciones. Según el mismísimo Xabi Alonso, experto en resetear talentos como si fueran ordenadores atascados, el chico carioca está listo para convertirse en el mago que siempre fue. Por suerte, el Mundial se asomó como esa próxima gran aventura que incentivaría al delantero a desenfundar su varita y volver al ruedo.

Sin embargo, en el segundo capítulo del drama madridista, el destino lo puso en el rincón de pensar sin haber cometido ninguna travesura. Ni en la segunda parte salió a calentar el césped con su presencia, siendo sustituido por el debutante Víctor Muñoz. Y Rodrygo, más ausente que un gol en un partido de porteros, se quedó masticando la goma de borrar. Una escena que pone en vilo su historia y llena de suspense a todos los fans: ¿será este el inicio de una remontada, o se unirá al festival del banquillo una temporada más?