El nuevo modo zen de Rodrygo…
Rodrygo Goes arrancó el 2025 como un cohete rumbo a Marte, con goles y asistencias a toda pastilla. Pero de repente, alguien debió apagar el motor, y el brasileño se ha quedado flotando sin rumbo en el espacio madridista. Parece que en vez de zapatillas había puesto plomo y el cuerpo técnico, que tiene más paciencia que un monje tibetano, sigue diciéndole que todo está bien, mientras el pobre sigue jugando como si fuera un robot que olvidó recargarse. Quizás, en vez de practicar tiros, Rodrygo esté ensayando para una secuela de «Perdido en el Espacio».
Cuando el Getafe entró en escena, Ancelotti decidió dar el toque mágico al banquillo y sacar a Mbappé, el amigo que siempre tiene una pócima secreta bajo la manga. Como un mago que olvida el truco, Rodrygo salió del campo con cara de «¿y ahora qué, Doc?», la misma que usa cuando no encuentra su GPS. Si el fútbol se tratara de hacer muecas de incomodidad, el brasileño sería el MVP, pero claro, eso no da trofeos… aún.
Sus colegas se rebelaron contra el destino para no perder su club secreto «BMVR», en un intento de mantener la ‘R’ viva, como si fueran una banda de rock adolescente. Por desgracia, las pilas de Rodrygo parecen estar igual de gastadas que las de un walkman olvidado en el desván. Ahora, el pobre crack se enfrenta al enigma de su vida: o se convierte en el Beethoven del Bernabéu o se muda a otro escenario donde pueda brillar como una estrella fugaz. Queda por ver si este verano habrá un reboot en la serie de su vida futbolística. ¡Que la Fuerza (y los goles) le acompañen!