El misterio del brasileño y sus ibis mágicos…
¡Oh, cielos! Rodrygo ha hablado desde la cueva secreta del silencio, dejando al descubierto su plan maestro para llenar de confusión a toda la galaxia futbolera. Dice que volverá pronto, pero la única certeza es que sus partidarios piensan abrir una agencia de detectives para investigar cada una de sus misteriosas desapariciones más rápido que un defensa despistado. El joven brasileño se ha convertido en el Houdini del fútbol, escapando de alineaciones, especulaciones y fiebre curva.
El honorable Ancelotti, con más giros de guion que una novela barata, se ha transformado en un oráculo en el que nadie cree. Un día asegura que Rodrygo está listo para rugir en el campo, y al siguiente el astro decide declinar invitaciones a la fiesta del balón en el Clásico. Se rumorea que Víctor Muñoz, desde su butaca en el banquillo, recibió la inesperada orden de saltar al ruedo en su lugar, despertando más suspenso que un partido en el noventa con empate.
Mientras algunos hablan de puertas giratorias, transferencias al planeta Marte en la próxima ventana de fichajes, y sesiones de sanación en cámaras hiperbáricas dignas de un superhéroe, Rodrygo sigue preparándose entre sombras. «Volveré pronto», asegura, mientras incluso las brujas de Macbeth toman nota de sus hechizos más extraños. Rodrygo, ya queremos verte en el campo desafiando a la física y, con suerte, anotando uno que otro gol. ¡Que la magia del fútbol nos acompañe!