Los misterios de la Champions: Rodrygo y su escudo…
Rodrygo Goes volvió a ser el protagonista silencioso de la Champions, esa especie de superhéroe que no vuela pero que sin duda siempre sale al rescate del Real Madrid. En un partido contra el Atlético que mantuvo a todos mordiéndose las uñas, Rodrygo hizo magia y luego, en un golpe de teatro con final hollywoodiense, soltó un «yo sigo aquí» mientras besaba el escudo. Un escena tan telenovelesca que hasta el césped del Santiago Bernabéu se puso tierno.
El brasileño, ahora más zen que un monje tibetano, no quiere saber nada de las novelas de amor con finales abiertos. A diferencia del drama de la primavera pasada, Rodrygo dice que su futuro es blanco, no gris. Con tres años más de película en el Bernabéu, este brasileño ha hecho de cada partido su escenario, actuando de héroe tanto por la derecha como a la izquierda. ¡Hasta ha dejado de jugar de nueve, todo sea para que Mbappé y Vinicius no se pongan celosos!
Rodrygo ya no teme a las llamadas seductoras del exterior, aunque el City y el misterioso fútbol saudí le hagan ojitos de vez en cuando. En el vestuario, Jude Bellingham lo alaba como el Houdini del balón, siempre presente cuando más se le necesita. Por ahora, que tiemble The Avengers, porque Rodrygo tiene todo un guion por delante con el Real Madrid.