Rooney confiesa sus sueños futbolísticos…

Wayne Rooney ha levantado pasiones comparables al emocionado vistazo de un niño a una tienda de chuches, confesando que en 2010, el Real Madrid y el Barcelona se disputaban su talento como dos abuelitas en rebajas por la última oferta de churros. Aunque el Rey del Old Trafford veía a los merengues como la salida más lógica, su corazón ya coreaba «¡Barça, Barça!» en un imaginario ensayo con Messi, Iniesta, Xavi y compañía. Al final, se quedó en el Manchester United, quién sabe si por amor al fish and chips.

En sus memorias en la ‘BBC’, Rooney plantea que la historia podría repetirse con Trent Alexander-Arnold, a quien le atrae el Real Madrid como un buzón a una carta perdida. Nada mal si consideramos que bajo su camiseta podrían unirse Mbappé, Bellingham y Vinícius en una especie de boyband futbolística. Pero, ¡atentos! Rooney no se sorprendería si Trent deja a todos con la cara de «ay, que me molé esta isla bi-fan» y se queda en Liverpool, aferrándose al amor eterno como Gary Neville.

Según Rooney, ¡olvidémonos del dinero! Alexander-Arnold busca algo más que levantar copas del gusto de Instagram. Le interesa cambiar de aires como quien tiene gases en un avión sin ventanas, y no es para menos si en Madrid le espera su bro Bellingham. Sin embargo, el exdelantero avisa que hasta que no haya firma, muchas cosas pueden pasar. Porque una transferencia en el fútbol es como una canción de Shakira: comienza con amor y termina con la cuenta en el Notario de Turno.