Del banquillo a la pista de hielo…
En una maniobra digna de un partido de curling en los Juegos Olímpicos de Invierno, Antonio Rüdiger decidió que era el momento perfecto para lanzar un hielo desde el banquillo y ver qué pasaba. No le salió bien. Ahora, el central del Real Madrid, enfrenta una posible sanción que va desde «no te acerques al estadio» hasta «ahora eres el fanático número uno de los juegos de mesa» por entre cuatro y doce partidos. Parece que los árbitros no aprecian su sentido del humor helado.
Pero tranquilos, que la cosa no se queda sólo en el hielo. Resulta que Rüdiger también tiene una rodilla que dice que quiere vacaciones antes de tiempo. Así que ahora está pendiente de pasar por el taller, es decir, el quirófano. Entre la sanción y sus rodillas, que tienen más historia médica que una enciclopedia, el pobre anda entre el hielo, los médicos y las disculpas en sus redes sociales: «¡Perdón, perdón, estaba practicando para un campeonato de bolos sobre hielo!», debió haber dicho.
Por si fuera poco, Ancelotti ya está pensando en cómo hacer magia con la plantilla para la vuelta a la alta competencia. Con tanto central lesionado, parece que ha decidido poner a Tchouaméni a jugar de defensa central, aunque él prefiera estar en cualquier otro sitio del campo. Y así, el Real Madrid sigue intentando no perder el rumbo. A este paso, los jugadores pronto tendrán que aprender a hacer malabares o tocar la guitarra para completar el once inicial.