El central se enfría tras lanzar flink!…
En un giro digno de los Looney Tunes, nuestro querido Antonio Rüdiger decidió cambiar la táctica del tiki-taka por la del hielo-paka. En los últimos minutos del electrizante duelo contra el Barcelona, arrojó un hielo como si quisiera ser el próximo Cristiano Ronaldo de la escultura en hielo. Este glorioso intento de refrescar la situación le valió una tarjeta roja que brilló más que su abrigada mente en ese momento.
A la mañana siguiente, Rüdiger, despertando de su sueño deportivo, sintió el frescor de la realidad y corrió a disculparse con las palabras más conmovedoras desde que Romeo intentó ligarse a Julieta: «Lo siento mucho, y lo siento por el árbitro». Nuestra estrella del Real Madrid confesó que lanzó el hielo porque, después de 111 minutos, su mente necesitaba un descanso más que un partido de Pictionary familiar los domingos. Eso sí, elogió el juego de su equipo como si fueran los Beatles en pleno concierto.
Ahora, sus disculpas podrían servir como un simpático paraguas que amortigüe la posible sanción. El árbitro, De Burgos Bengoechea, quien esquivó el hielo cual Neo en Matrix, describió el acto en su informe con la precisión de un cirujano escribiendo una carta de amor. Afortunadamente, nadie salió herido, excepto quizás el orgullo de una heladería cercana al Bernabéu.