El famoso kit de resurrección de Rüdiger…
Nuestro amigo Rüdiger pensó que al final de temporada se llevaría a casa una copa gigante llena de chocolate, pero no… Se llevó un fallo garrafal ante el PSG. Fue como si alguien hubiera lanzado una colilla a su castillo de arena perfectamente esculpido. Solo un pase erróneo y zas, el mundo se llenó de memes y críticas. Pero como buen guerrero, no dejó que un resbalón le robara el protagonismo.
Después del partido, se fue de vacaciones no solo con el recuerdo de su error, sino también con más remiendos en las piernas que un pantalón de vaquero roto. ¿Su secreto? Jugó buena parte de la temporada con un menisco hecho puré de patatas, lo que demuestra que no es un simple jugador, es casi un superhéroe. Tras la final de Copa, donde salió volando por una roja, su destino estaba claro: el quirófano. Lo interesante es que, al salir de ahí, parecía que había probado el elixir de la velocidad, porque volvía al campo antes de lo que cualquiera podría imaginar.
Ahora, en sus vacaciones, está recargándolas como si fuera el mismísimo Sol. Las sanciones, las cirugías y el baile del error ante el PSG no son la coreografía de su temporada. Está decidido a volver más fuerte que un churro recién hecho, con Xabi Alonso animándole desde el banquillo. Si alguien puede convertir un error en una nota a pie de página, ese es Rüdiger, el jugador imparable que no necesita capa, solo su camiseta del Madrid.