Un superhéroe merengue cuelga las botas y toma biberones…

Rudy Fernández, ese titán del baloncesto que ha amontonado más trofeos que un dragón codicioso (9 Supercopas, 6 Copas del Rey, nada más y nada menos que 7 Ligas y hasta 3 Euroligas entre otros), ha decidido cambiar las canchas por los paños de bebé. Nos lo ha contado en la gala de los Laureus 2025 con una sonrisa tan amplia como el Santiago Bernabéu. «Madrid es pasión y deporte», relataba Rudy, mientras posaba para selfies rodeado de glorias deportivas como si fuera el Papá Noel del básquet.

Ahora que ha colgado las zapatillas, Rudy se ha convertido en un experto en cambiar pañales a ritmo de samba. Entre biberones y siestas, nos confiesa que también se adentra en el fascinante mundo de los negocios. ¿Invertirá en una línea de baberos temáticos de Euroliga? Pero ojo, que no se olvida del baloncesto, su gran amor. El Real Madrid siempre está en su corazón, como el chorizo en el bocadillo, y asegura que las puertas están abiertas para un posible reencuentro, como si se tratara de la saga «A Todo Gas» pero en versión baloncestística.

Sobre el Real Madrid en Euroliga, Rudy opina que es como una montaña rusa construida en el Estadio Santiago Bernabéu: a veces arriba, a veces abajo, pero siempre con emociones fuertes. Y cuando le preguntaron por el traspaso de Doncic a los Lakers, lo describió como el «efecto mariposa» en el mundo de la NBA: batir de alas en Dallas, huracán en Los Ángeles. ¿Quién se lo habría imaginado? Pero ya se sabe, en la NBA, la sorpresa es el pan de cada día. Como dice Rudy, es un «business» donde las puertas se abren y cierran más rápido que en un centro comercial el primer día de rebajas.