Un desafío digno de un videojuego…
Davor Šuker, con más estilo que un delantero en sus años dorados, se viste de pitoniso para despedir a Luka Modric, y lo hace desde la revista MARCA, porque ir a despedirse en persona ya es de otra época. Al parecer, el vínculo croata es más fuerte que cualquier señal de 5G, y Suker no se corta en lanzarle un discurso tan épico que haría llorar incluso al mismísimo Rocky Balboa.
Šuker, que jugó en el Real Madrid cuando los dinosaurios hacían la ola en el Bernabéu (es decir, en los 90), no tiene dudas al calificar a Modric como una leyenda presente, pasada y futura, todo a la vez. Según él, las estadísticas de Luka son tan impresionantes que dan ganas de enmarcarlas junto a la Mona Lisa. Pero aquí viene el giro: no se conforma con palabras bonitas y decide soltar un reto digno de mago Merlín para la próxima temporada. ¡Que elija bien su destino, dice! Como si Modric estuviera en una partida de ajedrez cósmica.
Le da una misión que ni James Bond podría rechazar: liderar a Croacia en el Mundial 2026, que será una gincana por Estados Unidos, México y Canadá. Señoras y señores, prepárense, porque según Suker, ese torneo promete emociones de tal calibre que quizá hasta los balones terminen con autógrafos. Así que, Modric, ¡que te pongan la capa y el escudo, porque la selección de Croacia te espera para la aventura de tu vida!