La metamorfosis más cómica del Bernabéu…

Dicen que para entender el fútbol hay que tener cabeza y, al parecer, Tchouaméni ha estado usando la suya como brújula dentro del campo. Entre pitos y flautas (literalmente), el francés ha decidido demostrar que lo de defender es cosa seria, aunque a veces se sienta como un pulpo en el garaje de Ancelotti. ¿Y qué se gana cuando uno mezcla estilo, confusión y un poquito de magia francesa? Pues una actuación que dejó a los críticos más confundidos que un ciego en un concurso de miras. Sus compañeros han pasado de esconderle los balones a facilitarle hasta el último pase porque, los amigos están para eso.

El partido contra el Manchester City fue como ver a Superman usando el traje de Batman: al principio no sabes si hará el ridículo, pero al final terminas pidiendo más. Eso sí, Tchouaméni no ha dejado de recordarnos que, aunque lo suyo es el centro del campo, puede ser central en una emergencia, una EMERGENCIA en mayúsculas. Ancelotti, con su legendario bigote de sabiduría, ha defendido a su jugador como un oso defiende su picnic. «El criticado Tchouaméni ha estado espectacular», dijo Carlo, tan campante, mientras imaginamos al francés pensando: «Claro, siempre y cuando no me hagas portar la capa de central otra vez».

Con estadísticas que harían llorar de emoción a cualquier analista de datos —91% de precisión en el pase y 9 despejes—, nuestro amigo Aurelien ha demostrado que, sorprendente o no, la confianza es su superpoder. Así que, si alguna vez necesitáis a alguien para defender, recordar, probad con el central más insólito del Bernabéu. Eso sí, todavía preferimos verlo marcando el ritmo y luchando con las líneas enemigas, porque quién necesita centrales regulares cuando puedes tener al versátil Tchouaméni. ¡Que siga el espectáculo!