Tchouaméni y sus pases de ninja…
Imagínate a Tchouaméni como un ninja superando obstáculos mientras desciende una sagrada montaña en una búsqueda épica… ¡Todo eso para llegar enterito al Mundial de clubes! Después de un susto en el isquio (que suena como un monstruo de cuentos), el centrocampista está fresco como una lechuga para dar la campanada con el Real Madrid. No solo fue la pieza determinante que Deschamps necesitaba para encaminar al gallinero francés a una victoria sobre los germanos, sino que ahora podría ser la aspirina perfecta mientras Camavinga se recupera de su metamorfosis en camaleón lesionado.
Hablemos del récord mundial en pases durante un partido: Tchouaméni jugaría una partida de dominó perfectamente con los ojos vendados. Hasta que Deschamps lo sacó del campo como si fuera un tesoro incaense, todo pase de Tchouaméni encontraba a su destinatario sin perderse en el triángulo de las Bermudas. 34 rondas de precisión quirúrgica, cual cirujano insertando microchips a hormigas, llevaron a la victoria sobre una Alemania que intentó apagar el vendaval azul pero acabó con el pelo alborotado.
¡Y qué decir de Kylian Mbappé! El francotirador sonriente que lanza balones como flechas a sus rivales y hace que hasta el Balón de Oro lo persiga con la lengua fuera. Tchouaméni está decidido a conquistar el Mundial de clubes como un caballero medieval con armadura e ideas claras. Y todo, mientras admira los trucos mágicos de Kylian, que hace parecer que las críticas le resbalan como el agua sobre la camiseta cuando simula en cualquier piscina. ¡Es un lujo tenerlo en el equipo, como un coleccionista de vinilos que encuentra una edición especial en perfecto estado!