Una batalla de gigantes con un giro climático…
¡Sujétense esos sombreros, queridos amantes del fútbol, porque el pasado verano, la madre naturaleza decidió enfrentarse a los titanes del balón! Mientras todos esperaban patadas legendarias y goles de otro planeta, lo que obtuvimos fue una tormenta eléctrica que hizo parecer a Zeus como el organizador no oficial del Clásico en el MetLife Stadium, Nueva Jersey. ¡Las chispas volaban, literalmente, sobre la cancha!
Esa calurosa noche, se podría decir que el cielo era más impredecible que las tácticas de un entrenador bajo presión. Imagina a 82.000 almas aferradas a sus asientos ansiando un espectáculo y, en el minuto 11, los árbitros detienen el partido porque un rayo decidió unirse al espectáculo. La cara de Luka Modric exclamando «Ey, ¿qué pasa aquí?» no tenía precio. ¡Y todo por un rayo travieso que quería el mejor asiento del estadio!
En un abrir y cerrar de ojos, el MetLife Stadium se convirtió en una escena de película: policías evacuando a casi 83.000 personas como si fueran agentes secretos de una misión imposible. Después, 75 minutos de espera que se sintieron como toda una eternidad en tiempo futbolístico, hasta que los héroes del balón regresaron. Pese a la travesura de los dioses meteorológicos, el Barça dijo «esto no nos detendrá» y ganó a lo épico, 1-2, recordándonos que ni las tormentas pueden frenar estas rivalidades de titanes. Ah, el fútbol, ¡siempre algo para contar!