La épica de jugar fútbol evadiendo truenos…

Dicen que en Filadelfia hace tanto calor que hasta el sol pidió salir a tomar unas cervezas para refrescarse. Pues bien, tras varios días de este sofocante ‘horno urbano’, la ciudad decidió que ya era hora de cambiar el menú y amenazó con tormentas electrizantes para darle un toque más ‘eléctrico’ al Real Madrid-Salzburgo. ¡Perfecto para un partido de fútbol con efectos especiales, al estilo Hollywood!

En Estados Unidos, nada de medias tintas; ellos no juegan solo contra el otro equipo, sino contra el mismísimo Zeus. La norma es clara: en cuanto un rayo se convierte en el artista invitado a menos de 13 kilómetros, ¡el partido pasa de fútbol a escondite en vestuarios! Es un truco digno de una peli de acción: jugadores corriendo más rápido que Cristiano después de un gol de chilena, y espectadores evacuando cómo si hubiese venido Godzilla.

Cuentan las malas lenguas que los jugadores ya llevan paraguas y barcas inflables en el kit deportivo. Con precedentes de choques interrumpidos por lluvias, los equipos saben que el cielo estadounidense está más caprichoso que un hincha de fútbol buscando su asiento en un estadio de más de 50.000 personas. Al menos, pueden estar seguros de que cada partido es una experiencia irrepetible. ¡Ah, nada como el eterno romance entre fútbol y climatología impredecible!