Criticando el Mundial como si fuera un plato raro…

Este Mundial de Clubes es como una paella con ingredientes traídos de otro planeta. Algunos críticos dicen que tiene demasiada pimienta, que si la fecha es justo cuando el sol está de sobremesa, que si hace tanto calor que los balones podrían derretirse… ¡Vamos, que solo faltaba una receta firmada por el chef extraterrestre más famoso del universo futbolístico!

Ahora, en serio, cuestionemos la presencia de equipos ‘exóticos’ de Asia o África. Estos críticos dicen que sus nombres son más difíciles de pronunciar que ‘anticonstitucionalidad’ después de un par de siestas. Pero solo porque estas ligas no fabriquen cracks como si fueran churros, no significa que no merezcan la oportunidad de brillar como estrellas fugaces en los confines de un estadio.

En fin, queridos fanáticos del tiki-taka y del regate imposible, no nos pongamos tan serios. Al fin y al cabo, un Mundial con equipos de todos los colores y sabores es como un bocata de chistorra en una fiesta de fin de curso: divertido, sorprendente y con el potencial de convertirse en la estrella del día, incluso si el pan está un poco duro. ¡Que viva el fútbol atrevido y multicultural, hombre!