La tarde que se convirtió en una pesadilla blanca…
Queridos amigos del fútbol y del culebrón merengue, hoy reabrimos el baúl de los recuerdos para revivir aquella inolvidable tarde en Álava, en la que los merengues parecían haber cambiado su camiseta por un disfraz de tabla de planchar. Julen Lopetegui, más tenso que un árbitro en un partido de solteros contra casados, vio cómo sus sueños de gloria se iban desinflando más rápido que un balón de playa en un asfalto.
Ese día, el Real Madrid puso en práctica la ‘estrategia invisible’, un método innovador de no marcar goles, que resultó más efectivo para sus rivales que la fórmula secreta de la Coca-Cola. La racha de malos resultados empezó a acumularse como los siniestros ante el seguro del coche de Mr. Bean. Nuestro amigo Lopetegui, con cara de «esto no me lo decían en la universidad del fútbol», vio su puesto colgando de un hilo más fino que el pelo de un balón desinflado.
Al final, la paciencia del Madrid se agotó más rápido que las entradas para un concierto de Justin Bieber. Lopetegui tuvo que recoger su carpeta llena de estrategias y sus arengas dignas de un comercial de televisión nocturna. ¡Y así comenzaba el siguiente capítulo de la telenovela madridista! Porque, como todos sabemos, en el Bernabéu, si un técnico no funciona, siempre queda reabastecer el equipo con un nuevo superhéroe del banquillo. ¡Y que viva el fútbol, el drama, y las tardes en Álava!