Sanciones, derrotas y un bronceado en el banquillo…

¡Madre mía, qué panorama! El equipo del Valencia parece más perdido en el Bernabéu que una gaviota en el desierto. Resulta que solo uno de sus muchachotes, Luis Rioja, ha logrado salir del estadio del Real Madrid con una sonrisa más grande que una paella gigante. Y por si fuera poco, el bueno de Rioja está sancionado, así que ni siquiera podrá hacer de guía turístico esta vez. ¡Menudo drama futbolero!

Imaginen el Bernabéu como un parque de atracciones donde todos entran con ganas de montarse en la montaña rusa del triunfo, pero acaban en el túnel del horror. Aarons, Tárrega y compañía intentarán superar este oscuro récord que parece una serie de terror en continuo ‘repeat’. Y no hablemos de Gayà, que después de nueve intentos sigue buscando una victoria como quien busca el tesoro del pirata. Pepelu y Foulquier, por su parte, se han llevado tal cantidad de goles que podrían montar una tienda de regalos navideños con tantos ‘globitos’ recibidos.

Corberán podría estar planeando más cambios en el once que una telenovela mexicana, pero el Bernabéu sigue siendo un monstruo que aúlla en la oscuridad. Ya sea por las sanciones amarillas, el banquillo bronceado o la maldición de perder más que el ratón de un ordenador viejo, lo cierto es que la tropa del Valencia no ha conquistado ni un partido lejos de su castillo en Mestalla. Mientras tanto, los aficionados esperan el milagro como si fuera la receta secreta para hacer la mejor tortilla de patatas del mundo.