Las súbitas ‘curaciones’ del Valencia en terreno ajeno…
Queridos amigos del fútbol y fanáticos de comer pipas en una grada, les traigo la única historia de un club que, en lugar de rezarle a todos los santos, consiguió su milagro en el templo madridista. Hablo del Valencia, el equipo que cuando ve complicado el ganar fuera de casa, enciende su GPS mágico y se planta en el Bernabéu como si fuera su spa personal. En 1983 rompieron una racha digna de incluir en el Libro Guinness de los Récords de No Ganar y hoy, 42 años después, repiten la jugada con hilarante precisión y se llevan el 1-2 como souvenir… otra vez en el Santiago Bernabéu, porque en Mestalla saben que ese césped tiene más magia que el sombrero de un mago. ¡Bravo, ché-visores del futuro!
Hablemos de la montaña rusa más loca desde los tiempos de la movida madrileña. ¿Quién necesita un oráculo cuando tienes al Valencia sacando triunfos de la chistera en la mismísima ‘casa blanca’? Imaginemos la situación: 355 días sin ganar, una racha digna de Breaking Bad, y ¡bam! se plantan en el Bernabéu y el marcador les sonríe como si fuera el sol de un día de playa. Eso sí, miren qué casualidad, la última vez se sacaron la espina en El Sadar, ¡qué lugar para empezar una novela épica! Ridley Scott debería tomar nota mientras levantamos un brindis de paella por los chés.
Pero la historia del Valencia no es nueva. En los 80, el Bernabéu les hizo de farmacia cuando tras 553 días sin hincar el diente a una victoria decidieron probar suerte con los merengues. Cortesía de Kempes, la leyenda que vio el drama y trajo amor con un 0-1. Y ahora, como si el césped del Bernabéu fuera la lámpara de un genio listillo, Valencia descubre que dos veces pueden ser suficiente para refrescar las glorias. Bien dicen que antes los chés prefirieron raspas de sardina en Castellón que perder más días en el sufrimiento. ¡Que nos sigan sorprendiendo mientras buscan más chupitos de victoria en Madrid!