El debut que podría ser una peli de Spielberg…
Nuestro héroe, el joven Víctor Muñoz, se lanzó al césped del estadio de Montjuic como si fuera un caballero medieval blandiendo su espada en un torneo real. Era el minuto 88 cuando las trompetas celestiales anunciaron su llegada al campo en el partido más esperado del año, El Clásico entre el Real Madrid y el Barcelona. Ancelotti, maestro de maestros, le encomendó una misión casi imposible: salvar al equipo blanco del abismo del empate y la derrota.
Y allí estaba Víctor, listo para robarse el show en una épica rememorando las películas más dramáticas de Hollywood. Fue en ese preciso instante, cuando un pase largo de Mbappé lo catapultó hacia al portero polaco Szczesny tan rápido que ni la Speedy Gonzales podría haberle seguido el ritmo. El gol parecía inevitable, pero como si un gnomo travieso estuviera jugando con el destino, el balón botó con maldad y salió disparado al cielo de Barcelona cual cohete a la luna.
Tras el pitido final, Víctor sintió que estaba en su propia tragicomedia, pero dejando el drama a un lado, 48 horas después vuelve a hablar en redes sociales. Y no está solo en esta aventura: sus compañeros del Real Madrid, cual fieles escuderos, le llenaron de mensajes que cualquier devoto del fútbol recibiría como medallas de oro. «¡Vamos a por más!», dice Víctor entre aplausos virtuales, y nosotros aquí, con nuestras palomitas, esperando el próximo capítulo de esta epopeya futbolística. #HalaMadrid