El brasileño cuenta goles en vez de ovejas…

Imagínate que estás en una olla a presión con 80.000 personas observándote como un examen sorpresa en clase. Eso es como se siente Vinicius cada vez que pisa el sagrado césped del Bernabéu. Pero nuestro carioca favorito no se rindió, ni se fue a casa a jugar a la PlayStation. Cuando escuchó los pitos, hizo lo que cualquiera haría: darle una patada a la portería para meter gol número 20 de la temporada, justo cuando el portero Mamardashvili se pensaba que esta iba a ser una tarde tranquila.

Hablando de presión, ¿sabías que en los años 30 ya pitaban a los jugadores? Esto es como una tradición familiar que pasa de generación en generación, con más historia que las croquetas de la abuela. Aunque en aquellos días, en vez de apps de TikTok, se escribían novelas en los periódicos sobre los fallos. Pero mira, Vinicius decidió no hacer caso a los gritos, sacó su lado Hulk y transformó la frustración en un ‘corner’ que acabó en empate. El único truco que le falta es crecer tanto como el increíble Hulk mientras celebra.

La gracia aquí es que, a falta de 13 minutos para el final, el público seguía indicando que Vinicius debería practicar más en FIFA o algo así. Ahí estaban los pitos, no unánimes como un coro, sino como un grupo desafinado en Nochevieja. Ah, pero cuando esos gritos se calman, nuestro querido ‘7’ sigue sumando goles. Sí, el tipo sigue subiendo como la espuma, o mejor dicho, como el lomo con queso en este menú futbolístico.