El futbolista al estilo telenovela brasileña…
Vinicius Júnior salió al campo contra el Athletic, no con un simple chándal, sino como un superhéroe a lo ‘Capitán América’, dispuesto a salvar al Real Madrid. La eliminación ante el Arsenal le dejó con el ánimo tan tocado que ni las propias lentejas de su abuela lograban animarle. Sabía que la afición le había pitado como si fuera un árbitro en un Sevilla-Betis, y eso que su única ilegalidad fue intentar ganar.
Como un torero en medio de la Plaza de Las Ventas, Vinicius buscó el perdón no con flores ni con serenatas, sino con goles y más goles. Su técnica era la de un Ninja, buscando el hueco en la defensa rival con movimientos rápidos. Tal era su afán por contentar a la grada que, si metiera un gol, prometió no celebrarlo solo con un bailecito, sino con una salsa completa en el área pequeña. Pero el árbitro, el aguafiestas eterno, decidió anularle el gol para dejar que todo el mundo se quedara con ganas de party.
El brasileño, que parece tener de asesor financiero a un genio de la lámpara, sigue poniendo su corazón en el Real Madrid. Se reunió en secreto con Florentino Pérez no para pedirle un aumento, sino para asegurarse de que su apellido suene más alto que el himno del club. Mientras tanto, los jeques árabes, que deben pensar que el Bernabéu es la sucursal de su propia liga, siguen tocando a su puerta. Pero ni cien camellos ni mil alfombras mágicas harán que Vinicius deje de hacer historia en el Santiago Bernabéu.