Los comienzos no entusiasman, pero el chiste sí…

Xabi Alonso se lanzó al Madrid como quien salta de un trampolín sin mirar la piscina. Ante el legendario Florentino Pérez, aceptó el desafío de seguir los pasos del célebre Carlo Ancelotti. Sin embargo, los aficionados madridistas tienen menos paciencia que un gato esperando que un perro le deje su cama. Desde el primer pito en el partido contra Osasuna, los dedos ya señalaban: que si no son Kroos y Modric, que si el equipo juega tan espeso como un batido de cemento, y que si las oportunidades brillaban por su ausencia.

Pese a las críticas, Xabi cuenta con el respaldo de un madridismo que, en el fondo, sigue fiel como un perro a su pelota. El nuevo Madrid genera esperanzas, aunque de momento despierte tantos bostezos como un documental sobre la fotosíntesis. Por ello, la hinchada debería relajarse y darle a Xabi tiempo. En el fondo, las extravagancias iniciales son comprensibles en un proyecto tan joven que aún se tambalea un poco, como un cachorro con botas de adulto. ¡Que corran los minutos y fluya el fútbol, porque Alonso tiene mucho por ofrecer!