Primer día, primeros sustos…

Xabi Alonso ha vuelto al Real Madrid como un superhéroe con un balón en lugar de capa. «Hoy es el primer día, y como un examen sorpresa en física cuántica, toca arremangarse», declaró entre risas nerviosas. El nuevo comandante del Banquillo Galáctico tiene la misión imposible de revivir al equipo, cual Lázaro futbolero, tras un año más tambaleante que un flan en un terremoto.

El plantel parece más una clínica que un equipo de fútbol; el hospital tiene tantos camas reservadas para futbolistas que la enfermería se ha ganado su propia caja de bombones de regalo. Mientras tanto, Xabi se arma con sus 9 novatos, quienes para este reto parecen más un grupo de colegiales jugando durante el recreo que futuros ases del gol. Planea reinventar la presión colectiva como si fuera una clase avanzada de zumba.

Entretanto, la cantera, conocida como La Fábrica, se prepara para entrar en acción como si del casting de un nuevo reality deportivo se tratase. Xabi busca a los nuevos galácticos con tanta expectativa que se le podría ver repartiendo bocadillos para el almuerzo. El estilo de juego pasará de la teoría a la práctica como si fuera un truco de magia en directo, ¡abracadabra, aquí está el nuevo Real Madrid!