El gran dilema del fútbol: ¿Dinero o minutos?…

En un universo paralelo, Lenny Yoro, el joven mago galo del fútbol, se despertó un día pensando que fichar por el United sería como entrar a Hogwarts; ¡pero al final parece que le tocó la casa de los Hufflepuff! Con un contrato adornado con 70 lingotes de oro, esperaba convertirse en el nuevo emperador de Old Trafford como si de César se tratara. Pero, ¡ay!, las lesiones y las estrategias más enredadas que los laberintos de Pac-Man han reducido su tiempo en el campo a la mitad de lo que esperaban.

Mientras tanto, en el estadio de conquistas blancas, el Madrid celebra haber encontrado su tesoro inesperado en Asencio. Sin hacer mucho ruido, el chico saltó al campo más rápido que un gato persiguiendo un laser y se ha convertido en el héroe del Bernabéu. Ha jugado 32 partidos ya, lanzando pases precisos como quien lanza churros en una feria. ¡Vamos, que ha pasado de ser un refuerzo desconocido a un fichaje con sueldo de dicharachero, y aún no ha necesitado una Varita de Varane!

Yoro afirma que no se arrepiente y repite sin cesar como un loro: «El United es mi mejor elección». Ahora pasa más tiempo estudiando a los delanteros con clips de WhatsApp que en los entrenamientos, como un estudiante agobiado antes del examen final. Pero quizá, solo quizá, la Europa League sea su cáliz dorado, la redención del United que busca un pase VIP a la Champions. Todo mientras Asencio sigue cobrando entre 4 y 9 millones y brilla en un Bernabéu que ya olvidó al mago que dijo «no».